El 28 de septiembre de 1992 se anuncia el cierre de la planta en el que se argumenta “razones de fuerza mayor no imputables a nuestra empresa”, tal como se expresaba en las comunicaciones enviadas a los empleados. Más de un 25% de la población de Santa Elena dependía de esa fuente de trabajo.

El cierre del establecimiento fue acompañado por el pase a disponibilidad y percepción de garantía horaria, dentro de lo cual quedaron contemplados los 1.265 empleados efectivos, no así los 340 contratados que también se desempeñaban en la planta y para quienes les correspondió la “finalización del contrato”.
Los argumentos presentados por la firma se relacionan con las condiciones económicas que no favorecían la exportación lo cual llevó a tomar esa decisión. Alberto Yujnovsky, gerente de la planta, afirmó que “tal como está dada la ecuación matemática, el negocio de la industria frigorífica exportadora es un desastre, no cierra”.
Archivo Entre Ríos