Entrevista a Lucía, la joven que denunció a Lucas Carrasco por abuso sexual y violencia de género

“Hay abusos muy graves que llegan incluso a situaciones de tortura” dijo la mujer y adelantó que habrá nuevas denuncias. Habló de privaciones ilegítimas de la libertad y apuntó al hermano del acusado, Joaquín, como “cómplice necesario”.

Hace apenas unos días tomó estado público la denuncia colectiva realizada a mediados de 2016, contra el periodista paranaense, Lucas Carrasco, por abuso sexual con acceso carnal, privación ilegítima de la libertad y violencia de género.

El hecho se conoció mediante una nota publicada en la Agencia Paco Urondo entre otros medios y redactada por un grupo de mujeres periodistas. Esa nota, firmada por Lucía Cholakian, Alejandra Zani, María Brun Lubatti, Ailín Bullentini y Laura Salomé Canteros, fue replicada en Agenda Abierta y tuvo un alto impacto en los lectores.

Este lunes, el periodista Alfredo Hoffman, dialogó con una de las denunciantes, Luciana F. durante la emisión del programa Barrio Adentro, que se emite por Radio Comunitaria Barriletes.

En esa entrevista, Lucía amplió las acusaciones vertidas en la primera nota y adelantó que se sumarán nuevas denuncias a partir de “otros relatos de chicas que todavía no se animan a hablar que son casos directamente de secuestros, porque no hay otro nombre que ponerle”. No descartó que algunos casos se hayan registrado en Paraná, y además apuntó a Joaquín Carrasco, hermano del acusado, ya que entiende que “es cómplice necesario, y aparece en varios relatos”.

El testimonio de Lucía

Respecto a la denuncia, expresó: “Era necesario hacerlo porque seguía actuando esta persona, y también porque había muchas otras chicas que sufrieron lo mismo”.

Agregó que, “Hace bastante que habíamos decidido hacerlo público pero no había tenido la repercusión que ahora tuvo. A mediados del año pasado hicimos la denuncia penal en la Fiscalía especializada en violencia de género, y a partir de ahí se consiguió que varias mujeres se acercaran a contar lo que les había pasado con Carrasco”.

“La acusación es por abuso sexual con acceso carnal, por violencia física, maltrato y manipulación”, explicó y agregó: “Hay abusos que son muy graves y que llegan incluso a situaciones de tortura, y lo que vemos es un accionar sistemático de parte de esta persona. Hay una profunda misoginia y desprecio por las mujeres”.

Lucía se refirió a algunos de los casos denunciados: “Hubo situaciones por ejemplo de obligar a una chica a pasearse con la correa del perro, de obligar a tomar cocaína, situaciones de absoluta vejación para las mujeres, creo que los testimonios hablan por sí solos”, dijo.

El hecho de que las situación haya tomado estado público, repercutiendo particularmente en Paraná “fue gracias al compromiso de periodistas feministas que nos ayudaron, mientras muchos y muchas daban las espalda y se hacían los que si te he visto no me acuerdo. Se han puesto al hombro la tarea de romper el silencio. Fue todo muy comprometido para evitar que sea una nota amarillista, pero a la vez que se diga la verdad. Él ya tiene una voz porque es un barón y necesitábamos que se escuche también nuestra voz”, manifestó.

“Desde principios de 2013 hasta 2015 se registraron los hechos en Buenos Aires y es posible que también haya víctimas en Paraná”, sostuvo. “Estamos buscando nuevos testimonios, porque hay testimonios aún más graves de lo que se habló, pero hay chicas que aún no se animan a hablar, pero que van a hablar próximamente, explicando situaciones que son gravísimas”, agregó.

Respecto a Carrasco, quien hasta el momento no se ha hecho referencia a las acusaciones que pesan en su contra, Lucía, indicó: “Se ampara en una supuesta locura, pero era perfectamente consciente porque lo hacía de forma sistemática y tenía un modo de accionar que demostraba que tenía consciencia sobre lo que estaba haciendo”.

Luego se refirió a su caso: “Yo estaba en el secundario, lo conocí a través de una amiga que era militante, pero también se manejaba por las organizaciones políticas donde también hay situaciones de profundo machismo y de dejar accionar a estas personas y que no es sólo él, sino que es un círculo de personas que se manejan de esta manera, que utilizan estos espacios de poder para ejercer su violencia machista. Es importante sacar esa gente de esos espacios”, sostuvo.

“Estaba en quinto año del secundario, la relación era asimétrica y el miedo que inspiraba era importante. Me costó mucho identificarlo como un abuso, a pesar de que soy feminista, entendía lo que es un abuso pero me costaba trasladarlo a lo personal”, relató.

En cuanto a las acusaciones que se realizan en las redes sociales, argumentó que “Uno va a la casa de alguien no esperando que haya un abuso. Que vayas a la casa no implica que esa persona sea tu propietario y que pueda hacer lo que quiera sin tu consentimiento. Lo que tienen esos varones es una acción corporativa, se defienden entre ellos”, dijo y agregó que “Hay incluso personas que se califican de feministas y que salieron a atacarnos a nosotras también”.

“Él hacía como que se arrepentía, y practicaba un romanticismo extremo, era muy insistente. Me decía que con migo era mucho más comprensivo que con las otras chicas con las que había estado y la verdad que es cierto, porque hay relatos que denotan un nivel de violencia exacerbado. Hay una chica a la que le pidió perdón por lo que pasó la noche que la había abusado” agregó.

Otro de los casos, que consta en la denuncia colectiva, es de una joven a la que el acusado “no la quería dejar salir de su casa, y la mantuvo bastante tiempo hasta que llegó una familiar de él y sólo bajo la promesa de volver la dejó salir. Y no contento con esa situación, llamó a la responsable política de la organización donde militaba Sofía para preguntarle si efectivamente existía la actividad a la que ella decía que iba a ir y si él podía sumarse. Una actitud de control. Después difundió rumores falsos en el círculo de compañeras de Sofía de supuestas preferencias sexuales de ella. No contento con haber abusado de ella, también tenía que humillarla”, apuntó.

Según las declaraciones de Lucía, “Hay otros relatos de chicas que todavía no se animan a hablar que son casos directamente de secuestros, porque no hay otro nombre que ponerle”, dijo.

Sobre el final, estimó que “Hay similitudes con el caso de los abusos de Cristian Aldana (cantante de la banda El Otro Yo, actualmente bajo prisión preventiva), y las chicas que lo denunciaron a él me ayudaron muchísimo. Hay muchos casos que no llegan a la prensa”, lamentó.

Por último, agradeció a la Asamblea Feminista de Paraná, “que se la están jugando para que ni Joaquín, que es el hermano y es cómplice necesario, y aparece en varios testimonios, ni Carrasco, tengan la impunidad que quieren tener”.

La denuncia

Durante el año 2016, nueve jóvenes comenzaron a organizarse para relatar -ante el poder judicial o la opinión pública- las agresiones del periodista, otrora 678, hoy radicado en Paraná, Lucas Carrasco. Lo acusan de ejercer, según la Ley 26.485, violencias sexual, física, psicológica y simbólica, y cuatro de estas jóvenes conforman una denuncia colectiva por “abuso sexual con acceso carnal” que fue elevada a la Cámara del Crimen. El caso está a cargo del Juez Nacional de Primera Instancia en lo Criminal de Instrucción Nº 5, Manuel de Campos, quien derivó la investigación en la Fiscalía Nº 26.

El periodista acusado, no ha realizado declaraciones sobre el caso. Hasta hace unos días, se desempeñaba en un programa de FM Radio La Voz, en el horario de la tarde, junto al locutor principal de esa emisora, Rubén Almará. Una vez conocida la acusación contra Carrasco, este dejó de salir al aire, aunque no hubo aclaraciones desde la radio por la salida del periodista.

Fuente: Programa Barrio Adentro/FM Radio Comunitaria Barriletes.