Sin avances, a dos años del feminicidio de Jessica Paola Do Santos

El pasado 9 de noviembre se cumplieron dos años del hallazgo del cuerpo de la mujer en Bajada Grande. No hay imputados, líneas concretas de investigación ni indicios del feminicida, que sigue libre.

Joana y Ester Beatriz no atraviesan cualquier mes, dos años después, aunque todo parezca estar como el primer día, aquel 6 de noviembre de 2016 donde se comunicó por última vez Jéssica Paola Do’ Santos. Tres días después fue encontrada, en Bajada Grande, asesinada por un feminicida que sigue libre, caminando tal vez por las mismas calles de Paraná. Son 24 meses de lucha de una familia que da batalla a la impunidad, a la inacción judicial, a la omisión del poder político y al olvido, salvo algunas excepciones, en la agenda mediática. Ese recorrido, de dolor y resistencia, exige justicia y el esclarecimiento de la verdad a un sistema patriarcal donde la mujer siempre es culpable. Y si es pobre, aún más.

«Hola gordita, no voy a preguntarte como estás, porque se que desde que te mudaste, y me lo hiciste saber, en cuanto llegaste, solo paz encontraste», expresó Ester, madre de Jéssica, mientras se cumplía dos años de la última comunicación familiar. «Se que me conoces mucho, no quiero preocuparte, pero cuando vivías aquí, parecía como que unas antenitas especiales, detectaban alguna situación y no quiero mentirte…. las cosas acá, no están bien», señaló. «Los terrenales no hemos podido, a pesar del tiempo, ver la o las caras de quienes hicieron irte, mucho antes de lo previsto», lamentó.

Como con el gatillo fácil contra Gabriel Gusmán, en Barrio Capibá, los prejuicios conformaron el menú morboso durante las primeras horas del hallazgo, en aquél noviembre de 2016. Los estereotipos comunes, los roles impuestos naturalizados, los juicios machistas de siempre, la primicia antes que la verdad, fueron parte de las pantallas, las redes sociales y los diarios. Sólo algunos días después, todo se olvidó, con total indiferencia.

«¿Después de todo, que son 2 años no? No son nada, nada para los gobernantes, nada para quienes deberían garantizarnos la justicia, aquí en la tierra», continuó con su carta a su hija, en su facebook personal, a dos años de la impunidad que no tiene pistas firmes, líneas de investigación, imputados, hipótesis ni acusados.

«Te acordás de aquellos almuerzos, en 2015, ravioles con salsa rosa, compartiendo, me decías, ‘Estercita me matas de amor cuando me escribís'», recordó la madre de Jéssica. «Cómo olvidar, te juro nena, quisiera dejar de ser una mamá rota. Me dejo llevar por mis sentimientos, y con vehemencia deseo mi gordita, en la próxima, por fin darte la gran noticia», relató. «Un manto de alivio, por favor al fin fueron escuchados nuestros ruegos. Se Hizo justicia», profundizó. «Vimos a los ojos a quienes te dieron el pasaje de ida, aquél 6 de noviembre de 2016», continuó.

«Mi gordita cada segundo que pasa es agonía, te extraño», finalizó la carta a destinada a Jéssica, esa mujer, trabajadora, madre, vecina, hija, hermana, víctima de la violencia machista y feminicidio, que aún espera justicia, igual que su familia, su madre Ester, su hermana Joana y sus cuatro hijos.