El actual mandatario del país caribeño recibió el 68% de los votos este domingo, resultando reelecto por 6 años más. “Convoco a una gran jornada de diálogo nacional de reencuentro nacional con todos los sectores políticos”, dijo tras conocerse los resultados.

Nicolás Maduro cosechó 5.823.728 votos (68%), Henri Falcón 1.820.552, Javier Bertucci 925.042 y Manuel Quijada 346.014 votos en las elecciones presidenciales realizadas este domingo en Venezuel. La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, ofreció estos resultados minutos después de que los candidatos presidenciales Henri Falcón y Javier Bertucci expresaran su desacuerdo con la forma en que se llevó el proceso y pidieron, por separado, nuevas elecciones.
Más allá de la reelección de Nicolás Maduro por otros seis años y las denuncias de fraude que se repiten cada vez que la oposición venezolana pierde en los comicios, la preocupación sigue vigente: cómo arreglar la grave situación económica del país, mientras sigue latente la amenaza de terror callejero y de una intervención extranjera.
Las megaelecciones del 20-M dejaron en claro, por un lado, que el pueblo venezolano, de la tendencia que fuera, apuesta a la salida electoral. Y por el otro, es imposible obviar el carácter crítico de las elecciones y sus implicaciones para el país, la región y el mundo. Se puede decir que votó menos de la mitad de los habilitados (46,01%) y alguno puede reivindicar un supuesto triunfo del abstencionismo, pero la realidad es que en estos comicios sufragó un 4,5% superior a los del año pasado.
Un recuento breve de la participación electoral venezolana indica que en las presidenciales del 2013 fue del 79,69%; en las regionales de 2017 de 61,14% y, en las más cuestionadas, las de la Asamblea Nacional Constituyente 2017 la participación fue de 41,53%, en un país donde el voto no es obligatorio.
Cabe recordar que Juan Manuel Santos, actual presidente de Colombia, llegó por primera vez al poder en 2010 con un 49,9% de participación, en su segunda vuelta, lo que es igual a 50,1% de abstención y en el 2014 fue reelecto con 52,03% de abstención, nuevamente en segunda vuelta.
Las campañas de este año se han caracterizado por una pobreza programática y argumental en cuanto a logros de la gestión de Gobierno, prefiriendo activar motivaciones, predisposiciones y lograr una mayor persuasión con mensajes afectivos, dirigidos a las emociones y no al raciocinio del elector. Fueron campañas donde imperaron los símbolos, las alegorías, las imágenes, la retórica y las emociones, dirigidas a movilizar convicciones para evitar perder el poder o ganarlo. Para lograr la conservación o conquista del poder se prestó especial atención a “la percepción” de la crítica situación económica, social y política del país, sometiendo al electorado a campañas del miedo y del peligro que supone uno u otro candidato, señaló la socióloga Maryclén Stelling.
Todo cambia, poco cambia
Poco cambia la situación del 20 al 21 de mayo. Sigue siendo dramática: bancos de EEUU han bloqueado (por orden presidencial) siete millones de dólares que Venezuela envió para pagar medicamentos para diálisis requeridos por miles de enfermos, mientras en el país se produjo el cierre de la trasnacional Kellogg’s, cuyos propietarios (o mandantes) abandonaron el país, y el gobierno debió decretar que los trabajadores tomaran la fábrica. En este ambiente de acoso, hasta el gobierno de Guatemala se animó a negar las visas a los luchadores venezolanos que competirían en el campeonato panamericano.
Y mientras la jerarquía de la Iglesia en Nicaragua convocaba al Diálogo Nacional por la Paz, la Conferencia Episcopal ha estado desde hace tiempo promoviendo la crisis y azuzando la violencia.
El plan bélico estadounidense
Las amenazas de una intervención siguen: el plan Masterstroke (Plan para derrocar la dictadura venezolana”), del almirante Kurt Tidd, comandante en jefe del Comando Sur estadounidense es atentatorio contra todos los acuerdos internacionales. Las cartas de la ONU y la de la OEA, señalan claramente que ningún Estado puede intervenir en las cuestiones internas de otro ni derrocar su gobierno.
Tidd insiste en que “Es tiempo de que Estados Unidos pruebe, con acciones concretas, que está implicado en el proceso de derrocar la dictadura venezolana (…)” y admite que ese proceso no será cumplido por venezolanos, pues los opositores “no tienen el poder de poner fin a la pesadilla”, ya que “las disputas internas, la supremacía de los favoritismos particulares, la corrupción similar a la de sus rivales, su escaso arraigo, no les garantizan la oportunidad de aprovechar la situación y dar los pasos necesarios”.
El Comando Sur propone agravar las crisis y “alentar la insatisfacción popular incrementando la escasez y el alza en precio de los alimentos, medicinas y otros bienes, con la intención de provocar la deserción de los ciudadanos por todas las fronteras, poniendo en riesgo así la seguridad nacional de los países fronterizos”, obstruir completamente las importaciones, y desalentar a los potenciales inversionistas extranjeros a fin de contribuir a hacer más crítica la situación de la población -sobre todo en lo relativo al combustible”. Un llamado explícito al embargo petrolero.
La analista no obvia el apetecido sector que ha sucumbido a la estrategia -también emotiva- del “elogio a la abstención” (un camino hacia la nada que quizá abriera una senda para la intervención extranjera), orquestada desde ciertos sectores de la oposición y amplificado por sus mandantes extranjeros. El país resintió la falta de una cruzada por “la esperanza”, indica.
Desde hoy pueden constatarse importantes hechos que marcarán la nueva configuración de la política nacional: en la disputa entre participación y abstención, la conducta electoral mayoritaria se ha inclinado a favor de concurrir a los comicios, de modo que la lucha por el poder se mantiene anclada básicamente dentro de la horma del sufragio universal.
Pero, fogoneado desde Washington, Bogotá y Madrid, el rostro de la violencia sigue asomando intermitente.
El politólogo Leopoldo Puchi señala que el gobierno continúa moviéndose dentro de esos límites, lo cual es de suma importancia, más allá de las contravenciones que puedan señalarse. Del lado de la oposición se ha producido una división, pero todo indica que ha tenido lugar un reordenamiento en el que pudieran predominar los partidarios de mantenerse dentro del esquema electoral.
Esta nueva configuración de la política venezolana se basa en el anclaje de la política en los mecanismos del voto; constitución de un nuevo segmento opositor con una identidad distinta a la autodisuelta Mesa de Unidad Democrática (MUD) y la emergencia de un espacio “evangélico” político -similar al de otros países de la región- con el que no se contaba hasta ahora.
La alternativa no era nada clara, porque si ganara Falcón, perderían su voto quienes votaron por él si Washington, la Unión Europea, el Grupo de Lima y Canadá hablaban en serio no reconocerían los resultados y ese eventual triunfo.
Con tranquilidad y civismo
La presidenta del CNE dio lectura de los resultados electorales desde el Centro Internacional de Prensa, ubicado en Plaza Caracas, en compañía de la vicepresidenta del órgano comicial, Sandra Oblitas Ruzza; de las rectoras electorales Socorro Hernández Hernández y Tania D’Amelio Cardiet; y del rector electoral Luis Emilio Rondón Hernández.
Elogió al funcionariado del Poder Electoral por el esfuerzo realizado en las últimas semanas, que hizo posible llevar a buen término el evento comicial.
Agradeció a la Fuerza Armada Nacional por la labor coordinada con el Poder Electoral. De igual forma agradeció, especialmente, “al pueblo de Venezuela que salió a votar en paz. Hemos tenido un proceso electoral sin incidencias que lamentar, que transcurrió con tranquilidad y civismo como ha sido la tradición del pueblo de Venezuela”.
Pidió respeto para el pueblo de Venezuela que se pronunció este domingo 20 de mayo. “Le pedimos a todas y todos. Nacionales e internacionales que respeten los resultados electorales, que respeten al pueblo de Venezuela que decidió en paz lo que quiere para el futuro del país”.
En el Centro Internacional de Prensa también estuvieron los integrantes del Programa de Acompañamiento Internacional Electoral, integrado por expertos en materia comicial, ex presidentes, ex magistrados electorales, intelectuales, periodistas y líderes sociales de cuatro continentes.
El presidente Nicolás Maduro convocó al diálogo y reconciliación del país
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, convocó este domingo a una nueva jornada de diálogo permanente y de reconciliación con todos los sectores políticos, sociales y económicos del país.
“Convoco a una gran jornada de diálogo nacional de reencuentro nacional con todos los sectores políticos, económicos, sociales, culturales de Venezuela. Reencuentro, reconciliación, diálogo permanente es lo que necesita Venezuela y no peleas estériles”, expresó el jefe de Estado desde el Palacio de Miraflores en Caracas.
Durante su discurso el mandatario agregó que Venezuela debe encontrar el camino al desarrollo integral, al tiempo que, exigió respeto por los resultados electorales: “Así como exijo respeto para la mayoría electoral revolucionaria, bolivariana y Chavista, también doy mis respeto a los sectores que votaron por los candidatos de la oposición”.
“En el horizonte se ve la elección de la asamblea nacional en el 2020, ya determinara la Asamblea Nacional Constituyente la convocatoria para esas elecciones oportunas en su momento, así que tenemos, por lo menos, dos años libres de elecciones para dedicarnos a trabajar por la economía productiva, para resolver los problemas de servicios públicos, para ensanchar el carnet de la patria”, amplió Maduro.
“Yo convoco a todos los candidatos presidenciales que participaron el día de hoy, a todos sus equipos políticos, a una jornada de encuentro, de acercamiento y de dialogo político por el futuro de Venezuela para establecer una agenda constructiva”, dijo.
En este sentido, el mandatario manifestó que solicitará que la auditoria posterior de las mesas electorales se haga a un 100% y se revisen todas las denuncias del día de hoy.
Remarcó que el Gobierno Nacional comenzará jornadas de Gobierno de Calle, con el fin de reactivar los motores de la economía para poder solventar la situación económica, política y social que vive el país.
Fuente: Nodal/Aram Aharonian.