El riesgo de muerte de niños y niñas aumenta y se encuentra directamente asociado a la desigualdad socioeconómica.
Luego de ocho años consecutivos de descenso constante, las estadísticas de mortalidad infantil muestran un estancamiento. Los últimos datos muestran que hay 9,7 muertes infantiles cada mil nacimientos, cifras idénticas a las de 2015.
El indicador, publicado este mes por el Ministerio de Salud de la Nación, refleja el riesgo de muerte de niños y niñas en el primer año de vida y está directamente asociado, según indica la Organización Mundial de la Salud, a la desigualdad socioeconómica.
“Lo esperable es que la tendencia siga a la baja, por lo cual esto puede interpretarse como un retroceso porque los datos expresan la profundización de la inequidad en el acceso a la atención”, aseguraron fuentes consultadas por La Gaceta.
En términos absolutos, en 2016 murieron 7.093 niños y niñas de un año en la Argentina, de acuerdo al reporte de Estadísticas Vitales publicado la semana pasada por la cartera sanitaria nacional. La tasa, además, aumentó en 10 de las 24 provincias del país. Entre ellas se destacan, por ser jurisdicciones con mejores ingresos, cantidad de efectores de salud y acceso a la tecnología que el promedio del país, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (subió de 6,4 a 7,5 entre 2015 y 2016) y Córdoba (trepó de 8,4 a 8,9). Los valores también se incrementaron en Catamarca, Chaco, Chubut, Formosa, Jujuy, Misiones, San Luis y Santiago del Estero.
Formosa es la provincia que cuenta con mayor proporción de niños y niñas fallecidos antes de cumplir un año de vida, llegan a 15 cada mil nacidos vivos. Le siguen otras del NOA y NEA como Corrientes (13,5), Chaco (11,9), Catamarca (11,7), Salta (11,8), Jujuy (11,6) y Tucumán (11).
Más allá del primer año de vida, que es lo registrado por este indicador, también en los años consecutivos existen problemas sanitarios relevantes, asociados a su vez con la situación económica. Por ejemplo, de acuerdo al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) “Emilio Coni”, la mortalidad en niños y niñas de cinco años con infecciones respiratorias es tres veces más alta en familias que no tienen cobertura de salud, cinco veces más alta para niños y niñas de familias que no tienen trabajo y cuatro veces más alta si sus madres o padres no terminaron el nivel de educación primario.
La tasa de mortalidad infantil (TSI) es considerado uno de los principales indicadores sociosanitarios para medir la calidad de vida y el acceso a la salud. El estancamiento en el país contrasta con la tendencia a la baja de otros países de la región como Uruguay y Chile. De esta forma, la Argentina se aleja de la Meta del Milenio de Naciones Unidas, que planteaba llegar a 8,5 en 2015.
Fuente: Nuestras Voces