El dirigente municipal, como uno de los más importantes narcotraficantes paranaenses, fue condenado a siete años y seis meses de prisión por un violento robo perpetrado en marzo pasado.
Celis fue condenado en un juicio abreviado luego de admitir que era el jefe de la banda que el 2 de marzo perpetró un violento asalto en la estancia El Retiro. Ese día, cuatro personas irrumpieron a bordo de una camioneta Toyota Hilux y se presentaron como inspectores de la Secretaría de Trabajo; pero una vez dentro exhibieron armas largas, ataron con alambres de fardo al matrimonio de Julio César Tulián, de 71 años, y Mabel Airaldi, de 70, y a dos empleados y les exigieron la entrega de una importante suma de dinero.
Al parecer, Celis y sus secuaces tenían el dato de que el matrimonio había vendido un campo, pero la operación todavía no se había concretado.
El Juzgado de Garantías homologó el acuerdo del juicio abreviado este jueves 29 de diciembre por la tarde y Celis, que ya se encontraba detenido, fue devuelto a la Unidad Penal Número 1 de Paraná, donde cumplirá su condena.
Por el hecho ya habían sido condenadas otras dos personas: Carlos Cesario Correa acordó una pena de seis años y ocho meses de prisión y Juan Ramón Medina fue condenado a siete años de cárcel, luego de admitir ambos que integraban la banda que perpetró el robo.
El fiscal de Diamante, Gilberto Robledo, remarcó a EL DIARIO que “la investigación no concluye con este juicio abreviado que aceptó Celis” y explicó que “hay otras dos personas sujetas a la investigación”.
Se trata de Leonardo Gabriel Garcilazo, alias Cepillo, lugarteniente de Celis que fue reconocido por fotos por las víctimas del robo, aunque luego no lo pudieron refrendar en la rueda de reconocimiento de personas y por eso se encuentra en libertad; y Miguel Carmelo Leguizamón, un empleado de la Municipalidad de Paraná, también allegado a Celis, cuya participación está siendo investigada a partir de indicios que permitirían ubicarlo en la zona de Las Cuevas. En ambos casos, la cuestión se resolverá después de la feria.
Seis meses después
Celis fue detenido el 19 de agosto. La primera pista surgió a partir del arresto de Correa y Medina, en cercanías de la estancia El Retiro.
Es que en la búsqueda del botín los asaltantes fueron a la casa del capataz, donde se encontraba la esposa del hombre, que alcanzó a dar aviso a un hijo de la pareja, y éste a su vez alertó a la Policía.
Cuando los policías llegaron hasta la estancia, advirtieron que una camioneta huía a toda velocidad por un camino vecinal, entonces se produjo una persecución y tiroteo hasta que la Toyota Hilux detuvo su marcha. En ese momento, fueron detenidos Correa y Medina. El primero cayó en un campo cercano adonde había abandonado la camioneta, y recibió un disparo en una mano durante el tiroteo.
Esa camioneta había sido robada dos días antes en Viale; pertenecía a la empresa Cartellone, pero no tenía la barra antivuelco ni el equipo de radio y los vidrios habían sido polarizados para ocultar a quienes se desplazaban en ella.
Tras el violento episodio en la estancia, la Policía allanó la casa de Celis, pero no se encontraron elementos que lo vincularan con el hecho. Sin embargo, les llamó la atención el hallazgo de la barra antivuelco en una casa vecina.
La sospecha es que Celis y sus cómplices habrían escapado en la camioneta Chevrolet S-10 que le robaron a los dueños de la estancia.
La segunda vez
Daniel Tavi Celis ha sido hábil para evadir a la justicia. Está señalado como uno de los jefes del narcotráfico en Paraná y en los últimos tiempos hizo crecer su estructura de poder a partir de vinculaciones con sectores de la política local.
Nacido en Paraná en 1976, Celis vivió un tiempo en la provincia de Misiones y allí registra una condena de cinco años de prisión por un robo que cometió cuando tenía 19 años. En 2002 fue detenido a bordo de un automóvil con siete kilos de marihuana, pero el Tribunal Oral Federal de Paraná le dictó el sobreseimiento por las serias falencias que tuvo aquella investigación.
Volvió a caer el 15 de noviembre de 2007, junto con su hermano, en un procedimiento conjunto entre policías entrerrianos y santafesinos que derivó en el secuestro de 50 kilos de marihuana en una casa en la vecina orilla. Pero otra vez tuvo suerte la justicia terminó desprocesándolo.
Fuente: El Diario