En el mes de abril, el intendente Sergio Varisco anunció la reactivación de los consorcios vecinales para la realización de obras de pavimento, luminarias, cloacas y gas natural. Agenda Abierta dialogó con Francisco Friedrich, director del área.
Por Pablo Urrutia.
Ante las dificultades que presenta el financiamiento de la obra pública en los municipios y las provincias, los consorcios son una alternativa válida para avanzar en aquellas necesidades que resultan imperiosas para algunos vecinos. Es el caso del municipio de Paraná, donde recientemente se avanzó en la reactivación de la Dirección de Consorcios, bajo la órbita de la Subsecretaría de Infraestructura a cargo del ingeniero Eduardo López Segura. El área de consorcios vecinales estaba acéfala hasta abril, cuando fue designado el ingeniero Francisco Friedrich.
Agenda Abierta dialogó con el titular de la Dirección, quien nos puso al tanto de la marcha de las acciones que llevan adelante: “Estamos reactivando la Dirección. Al intendente Sergio Varisco le pareció una herramienta muy interesante reactivar los consorcios. Son obras públicas, de utilidad pública”, dice Friedrich, en su modesta oficina del segundo piso del edificio municipal de Cinco Esquinas.
Y a continuación pasa a explicar en qué consiste la modalidad de obras por consorcios: “Se hace compartido entre Municipio y vecinos; el vecino aporta una parte económica que consiste en el 75% del valor de la obra y el municipio el 25% restante. A su vez el municipio pone toda la estructura para realizar la factibilidad de obra, estudios catastrales, el proyecto, el control de la ejecución de obra y la certificación, una vez que esté terminada la obra”.
El funcionario municipal ejemplifica que, “Para realizar la obra, si tomamos una cuadra por ejemplo, las dos aceras, suman 200 metros, de eso, los vecinos deberían estar dispuestos a pagar el 75% de la obra, con los restantes si no están de acuerdo en adherirse, el municipio aporta ese 25%. Es decir que los vecinos abonan 150 metros de pavimento y los restantes cincuenta metros los paga el municipio”.
Francisco Friedrich aclara que la modalidad por consorcios se aplica a pequeñas obras: “Tratar de hacer a los sumo dos cuadras, porque si planteas más cuadras se empieza a licuar la adhesión de los vecinos”, explica.
Cómo se accede
El procedimiento administrativo, dice el Director de Consorcios de la Municipalidad, “consiste en una nota presentada en mesa de entradas del Palacio Municipal, solicitando el consorcio, pueden ser comisiones vecinales o agrupaciones de vecinos, se ubica la obra, se determina un responsable, en este caso es el firmante de la nota, puede haber más, hasta tres si se quiere. Y a partir de eso nos llega a la Dirección de Consorcios, tomamos la nota, la elevamos a una dirección de la Subsecretaría que es Viabilidad Urbana, que determina la factibilidad de la obra. Se ve si hay que hacer alguna obra complementaria como un entubado, desagues u otra cosa. Se evalúa y se otorga la factibilidad para poder avanzar. A partir de eso hacemos el pedido a informes catastrales, que es donde tenemos los datos de la propiedad, las medidas de los frentes, que son las que van a computar en los porcentajes. A partir de eso se confecciona el convenio donde están todos los datos y a su vez se eleva el expediente a Vialidad Urbana para que realice el proyecto”.
Hasta allí las cosas funcionan en el marco de la dinámica propia del trámite administrativo, pero es el último tramo el que presenta mayores dificultades, ya que según explica Friedrich, “luego es el vecino el que decide con que empresa realiza la obra y contrata. Lo que hacemos es entregarles un listado de las empresas con las que pueden trabajar, que ya tenemos armado”. En ese último tramo, admite el funcionario, “tenés dos posiciones. La gente que valora mucho que se haga esta obra porque le cambia la calidad de vida radicalmente, y hay quienes se resisten por el costo, porque es una obra que tiene un costo elevado”. La explicación que encuentra es que, “Durante estos años se hizo todo mediante otros mecanismos, donde el vecino no pagaba el asfalto en ciertos lugares de Paraná y eso generó una costumbre que cuesta cambiarla. Hay que tener en cuenta cómo cambia la calidad de vida y cómo las propiedades se revalorizan. Tiene un montón de connotaciones donde el esfuerzo vale la pena”, dice.
El financiamiento
Los costos, y la resistencia o la imposibilidad de los vecinos a cubrir esos elevados montos de las obras, son una de las barreras a vencer desde la Dirección de Consorcios, en ese sentido, Francisco Friedrich detalla: “Estamos trabajando sobre asfalto y hormigón para ver cómo logramos mejores precios. Estamos trabajando con Vialidad Urbana para realizar unas mejoras técnicas para bajar los costos de lo que es hormigón. Hay una financiación que está disponible con una entidad bancaria. Santander Río nos ofreció una línea concreta para financiar a aquellos vecinos que lo necesiten. Aún tenemos que definir el tema de las tasas porque las cosas han cambiado de un tiempo a esta parte, pero habría tasas preferenciales, con 72 meses de financiación. Debería haber una mejora porque se bajaron las tasas en este tiempo. Está disponible esa posibilidad y en el caso de las empresas, hay algunas que tienen un sistema de cheques que se van cancelando. Nosotros también podemos hacer alguna intervención pero por ahora no queremos intervenir en nada. Solamente queremos brindar toda la estructura para la obra y en el caso administrativo, si hay que implementar algo para facilitar, estamos dispuestos a hacerlo. Pero la idea es que no tengamos contacto con lo que es la parte propiamente económica. Lo que queremos es que se cumpla el vínculo entre el frentista y la empresa y de esa manera hacer obras”, dejan en claro Friedrich.
Cuando se realizó el anuncio de la reactivación de los Consorcios Vecinales, desde el Ejecutivo Municipal se mencionó un amplio abanico de obras como pavimento, luminarias, cloacas, agua potable y gas natural, aunque no será así desde un primer momento. “En esta primera etapa nos estamos enfocando en pavimento y alumbrado. Después que esté en marcha, vamos a largar con las cloacas, el agua y el gas. La idea es ir primero por lo básico, porque hay muchos pedidos, ir por lo más rápido y luego ir incorporando otro tipo de obras. La necesidad más grande es el pavimento, es lo que más se está solicitando y vamos a tratar de dar respuesta en lo inmediato”, se compromete el Director de Consorcios.
Para esa primera etapa, el ingeniero Francisco Friedrich no tiene un número exacto, pero estima que, hasta el momento, “entre 200 y 300 consorcios se presentaron. Con algunos llegamos hasta el punto de los costos, que es lo que estamos trabajando. Porque es lo que frena un poco a los vecinos. No es fácil porque estamos en el país con costos de materiales que no tienen referencia. Esa inestabilidad nos afecta”, reitera y admite.
A pesar de esas dificultades, el Municipio tiene un objetivo ambicioso, ya que según expresa Friedrich, “los consorcios deberían ser una parte muy importante de las obras a realizar, fundamentalmente en los barrios donde no hay planes de pavimentación, porque esos planes son más para los lugares de la ciudad donde hay vías importantes de tránsito. Y en el caso de alumbrado, lo mismo”.
Entre las dificultades y las expectativas
Por último, el Director de Consorcios nos ofreció su valoración respecto a la tarea que lleva adelante: “Es una herramienta muy valiosa en el contacto con los vecinos, ya que hay mucha relación a partir de que se deciden a avanzar con el consorcio. Hay un ida y vuelta que está muy bueno”, dice y agrega, “Lo negativo es que pasó mucho tiempo en que no se hizo nada y te encontrás con trabas que te obligan a realizar toda una ingeniería para hacer que funcione”.
Sus expectativas son a corto plazo: “Este año tenemos que tener las primeras obras por consorcio”, finaliza.